-«No sé qué hacer con mi niño. Está siempre nervioso e hiperactivo».
Dolto la escuchó con paciencia. Pero no la podía atender:
-«Verá, señora. Me estoy muriendo. Como usted comprenderá, cada uno tiene sus modestos problemillas».
La anécdota ha reaparecido en la actualidad porque acaban de cumplirse 100 años del nacimiento de la médico/psicoanalista francesa. Tan popular, tan carismática y tan generosa que respondía al teléfono para resolver las dudas de la cotidianidad doméstica en los hogares franceses.
Entre otras razones porque Françoise Dolto, seguidora de Freud, era una estrella mediática. Protagonizó un consultorio radiofónico durante varios años, convirtió en servicio público la asistencia a los padres desorientados y se erigió en la catalizadora de la educación sesentayochista.
Rubén Amón EL MUNDO 9.11.2008
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