¿Tiene usted idea de cómo es
el Gran Mal
epiléptico?
Pues una cosa así
provoca el
Cardiazol.
Leonora Carrington, 1948
La entregan, como un cadáver,
al psiquiátrico del Dr. Morales,
una casa jardín en Valdecilla.
Su destino no buscado.
Es atada de pies y manos.
Medicada con Cardiazol,
equivalente al electrochoque.
Una caída al abismo.
Una locura forzada.
Leonora Carrington, 1948
La entregan, como un cadáver,
al psiquiátrico del Dr. Morales,
una casa jardín en Valdecilla.
Su destino no buscado.
Es atada de pies y manos.
Medicada con Cardiazol,
equivalente al electrochoque.
Una caída al abismo.
Una locura forzada.
El País 11.8.2017
El Cardiazol es una droga utilizada con anterioridad a la terapia del electroshock que intenta estimular la actividad cerebral al máximo. Este tipo de droga, muy utilizada en el pasado, ha quedado como mero tratamiento histórico.
J.S.: ¿Por qué trató a Carrington con drogas si pensaba que no sufría una enfermedad mental?
L.M.: Usé Cardiazol como substituto químico del electroshock.
El Cardiazol era una droga austriaca de origen judío que ayudaba a descargar. Leonora necesitaba relajarse.
La usé médicamente como tratamiento para la Leonora creativa. El arte, si no se canaliza bien provoca todo tipo de enfermedades: respiratorias, intestinales o mentales.
En el caso de Leonora Carrington fue esquizofrenia sintomática. (Morales en Salmerón Cabañas, 2002, p.88).
...
El Cardiazol, como instrumento médico de canalización artística, había surtido efecto. Leonora, tras los espasmos, había comprendido que había sido dominada.
A partir de este momento su comportamiento, carente de esperanza por una pronta liberación, se mostró obediente, «me confesé a mí misma que un ser lo bastante poderoso como para infligir tal tortura tenía que ser más fuerte que yo; admití la derrota, mía y del mundo que me rodeaba, sin esperanza de liberación» (Carrington, 1995 [1943], p. 32).
Leonora acaba su relato de fecha miércoles, 25 de agosto de 1943 plasmando su desesperación. La docilidad y la obediencia de la que la autora habla es el resultado lógico de la tristeza de saberse sometida a una voluntad superior a la suya. En estos momentos deja de creer en su poder para liberar al mundo de la banda de Van Ghent. El Cardiazol había conseguido esclavizarla, «Podían hacer lo que quisieran conmigo: me mostré obediente como un buey» (Carrington, 1995 [1943], p. 32).
JUEVES, 26 DE AGOSTO DE 1943
Como contraposición al martes y al miércoles Leonora no comienza su escritura con las dudas acerca de la veracidad de unos hechos traumáticos. En esta ocasión sus dudas se transforman en una visión, en un sueño tenido con anterioridad a la inyección de Cardiazol:
El lugar parecía el Bois de Boulogne;
yo estaba en lo alto de una pequeña loma
rodeada de árboles; a cierta distancia, debajo
de mí, en el camino, había una valla como las
que había visto a menudo en la feria caballar;
a mi lado había dos grandes caballos atados
el uno al otro; yo esperaba impaciente a
que saltaran la valla. Tras largas vacilaciones,
saltaron y bajaron la ladera al galope. De
repente, se separó de ellos un pequeño caballo
blanco; desaparecieron los dos caballos
grandes, y no quedó nada en el sendero salvo
el potro, que cayó rodando hasta abajo, donde
quedó tendido de espaldas, moribundo.
El
potro blanco era yo.
(L.Carrington, 1995 [1943],
p. 33).
La razón, el potro blanco o Leonora sometidos a la fuerza bruta, al Dr. Morales, pero únicamente, en apariencia.
Leonora anticipó la caída que el Cardiazol le produciría.
...
Sus salidas vinieron acompañadas también por el deseo del Dr. Morales de que Leonora retomara su afición a la lectura. Él creía que, en estos momentos, la artista recuperaba la cordura. Pero no se le dejó elegir sus lecturas y esto provocó en Carrington un nuevo ataque que le llevó, irremediablemente, a una nueva dosis de Cardiazol,
«En medio de mis convulsiones, reviví mi primera inyección, y sentí de nuevo la atroz experiencia de la dosis original de Cardiazol: ausencia de movimiento, fijeza, realidad espantosa»
(Carrington, 1995 [1943], p. 47).
Con notas tomadas de:
Leonora Carrington y sus memorias
Una experiencia de violencia y locura/ Mª Juncal Caballero G.
Ver también todo sobre Leonora Carrington en PHARMACOSERÍAS
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