Quizá soy el primer escritor del mundo
que hace literatura sobre Viagra,
y pienso que aquí está la ventaja
y peligro de este tomo narrativo que,
en todo caso, se beneficia en su calidad,
mucha o poca, del incentivo
de un tema nuevo que ya revoluciona
—positivamente— las relaciones humanas.
Jonás, un periodista de mediana edad, recibe de una revista el encargo de experimentar con Viagra, la nueva terapia sexual, para luego contárselo a los lectores, o sea, el reportaje desde el interior de sí mismo.
Esta experiencia le crea cierta adicción, aunque Viagra no sea una droga, en el sentido de que su vida sexual mejora y se multiplica notablemente.
A partir de ahí, escribe una novela. Una original y explosiva novela. El protagonista de esta novela descubre que el pene o falo es una llave social y también personal. La multiplicada capacidad sexual de una medicina de última actualidad científica se convierte en multiplicación de su propio ser, descubrimiento de todos los secretos y dominios de su cuerpo, del que al fin es dueño y señor. Vuelto esto hacia fuera, produce una proyección social que ensancha prodigiosamente los ámbitos del personaje y le da acceso a mujeres imposibles: por jóvenes, por ilustres, por poderosas, por famosas, por enfermas incluso. Jonás descubre, en fin, que el falo es la llave secreta de la vida, el acceso a hombres y mujeres, la religión prohibida a la que todos rinden culto, el obelisco final de nuestra cultura. (Ver)
"Viagra, admirable invento de la ciencia, no es sino una reconducción de la propia sangre hacia zonas amortecidas o mal regadas, con lo que se ha conseguido que las cavernas profundas de la masculinidad rujan otra vez como un mar entre rejas."
"Viagra le cambia a uno hacia adentro: reconquista del yo. Y también le cambia hacia afuera: reconquista del mundo mediante la agresión sexual."
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