La Asociación Asturiana de Psiquiatría, que celebra su trigésimo aniversario, y la Asociación de Escritores de Asturias, que cumple diez años, organizaron para celebrar esta efeméride una curiosa sesión clínico-literario-musica, que escenificaron en la sede del Colegio de Médicos en Oviedo. Promovida por los psiquiatras Carlos Ranera y Ángel García Prieto, consistió en una representación a cargo de los actores Inma Oliver y Alfonso Desentre y la cantante Susana Germade que recreaba el proceso seguido por María Da Silva.
Se trata de una mujer emigrante de origen portugués, que dejó su Lisboa natal siguiendo el destino laboral de su marido, lo que la llevó finalmente a afincarse en Barcelona.
Allí estaba cuando se produjo la muerte de su madre, de la que no pudo despedirse, lo que la llevó a desarrollar un extraño trastorno conversivo grave, que la hacía caminar simulando la figura de las bailarinas de danza clásica, sobre las puntas de los pies y con las piernas totalmente rígidas.
Después de numerosas pruebas y descartado cualquier problema neurológico, la paciente llega a la consulta de Carlos Ranera, psiquiatra del centro de salud mental de Vilafranca del Penedés, en Barcelona, con quien pronto comenzó a hablar de la pérdida de su madre.
La música y la palabra
La saudade aflora y Ranera plantea la utilización del fado en la psicoterapia seguida para el abordaje del trastorno, "aunque realmente fue María quien lo convocó". El fado se convirtió "en el espacio de transición que me permitió llegar a la paciente", explica Ranera.
Piezas como Os anéis do meu cabelo, Grito o Gaivota permitieron a María Da Silva bucear en su interior y encontrar las palabras que le llevaron a superar el duelo por la muerte de su madre, la pesada saudade que la anclaba en el pasado, y le permitieron despedirse de ella.
La terapia duró un año y medio, hasta que un día María Da Silva llegó a la consulta, sonriendo, sin apoyar las puntas de los pies y con un CD de la fadista Amália Rodrigues como regalo de despedida para el psiquiatra que la había ayudado a superar su trastorno.
Según Ranera, la psicoterapia seguida con el fado no hace sino poner de manifiesto "el inmenso poder terapéutico que posee la palabra". (Ver)
Muchas gracias por la referencia a nuestro trabajo y más aún por haberlo hecho con exactitud. Un saludo. Carlos Ranera.
ResponderEliminarMuchas gracias por la referencia y más aún por su exactitud. Un saludo. Carlos Ranera.
ResponderEliminarGracias Carlos por entrar y dejar tu comentario.
ResponderEliminarEn cuanto a la coda:
"y más aún por haberlo hecho con exactitud"...
Bueno...creo que eso es algo que, desde un principio nos hemos propuesto en este blog que "sale cuando quiere y dice la verdad"
Cordiales saludos, las puertas acá siempre las tenéis abiertas.
Me parece muy interesante, y muy útil para mi trabajo, que encuentro de todo lo habido y por haber.
ResponderEliminarGracias al Dr.Ranera, y a ti por hacerlo conocer.
Saludos.
Me parece muy interesante, y muy útil para mi trabajo, que encuentro de todo lo habido y por haber.
ResponderEliminarGracias al Dr.Ranera, y a ti por hacerlo conocer.
Saludos.
Gracias Galena por entrar y dejar tu comentario.
ResponderEliminarTus palabras dan sentido a nuestro trabajo. Nos alegra haber podido ser útiles.
Te invitamos a ser nuestra "paciente" seguidora y contamos con tus comentarios futuros.
Gracias.